Ralf Winkler adoptó su famoso apodo A.R. Penck (en homenaje al famoso investigador y geólogo de la edad de hielo Albrecht Penck) después de que el régimen de Alemania Oriental comenzara a confiscar sus obras durante la década de 1960 por ser considerado instigador de la disidencia. En 1980 huyó a Berlín Occidental y, junto con Georg Baselitz, Markus Lüpertz y Jörg Immendorff, se convirtió en unos de los principales defensores de la nueva figuración que se estaba gestando en Alemania a principios de los 70.

“Caza de ballenas” de 1991 es una obra representativa de su estilo “Standart”, un término acuñado por el artista a principios de los 60 para describir una estética pictórica inspirada en jeroglíficos y pinturas rupestres caracterizada por formas simplificadas realizadas con brochazos gruesos. Un sistema que une arte y lenguaje para abordar temas sociopolíticos complejos a través de la recuperación de antiguos sistemas visuales. “Standart” es una combinación de la palabra inglesa “Standard” y la alemana “Standarte”, que significa “bandera”, ya que para el artista estas obras funcionan como emblemas de la universalidad humana. "Cada Standart puede ser imitado y reproducido y puede por tanto convertirse en propiedad de cada individuo", escribió Penck en 1970. "Lo que tenemos aquí es una verdadera democratización del arte".

Realizada con vibrantes colores cian, rojo, violeta, blanco y negro; la presente obra pretende ser una reflexión universal sobre la relación de poder -casi siempre desigual- entre el hombre y los animales a través de un tema concreto: la caza de una ballena. El hombre, aquí representado a la manera de las pinturas rupestres, con formas alargadas y esquemáticas, sujeta un gran arpón que está a punto de lanzar a una ballena que en ese instante está saliendo del fondo del mar para respirar, expulsando así un gran chorro de agua. El intenso color rojo con el que el artista ha pintado al hombre en contraste con el negro de la ballena acentúa e identifica al agresor de la escena.

"En el fondo soy un pintor abstracto frustrado. Me encanta la pintura sistemática, monocromática, pero esto en mi contexto histórico social no deja de ser una falacia. Había que dar respuesta a las viejas cuestiones sociales. Mi respuesta fue volver la mirada a las formas de arte primitivo, a las formas dominadas por el dibujo, por lo arcaico […]. Un arte parecido al de la Edad de Piedra, al africano o al esquimal." (Conversación de W. Grasskamp con A. R. Penck en ”Origen y Visión: Nueva pintura alemana”, Madrid, Palacio Velázquez, Ministerio de Cultura, 1983).