PROCEDENCIA:
 
Rt. Hon. John Hookham Frere (1769- 1846), Roydon Hall, Norfolk, y Malta.
Por descendencia en la familia de George B. Frère;
Christie ’s, 12 enero 1889, Lote 127, como Rottenhammer, bt. Buttery.
Galería Ana Chiclana
Colección particular Madrid
 
Este pequeño cobre, de exquisita factura, puede atribuirse con seguridad al pintor Friedrich Christoph Steinhammer, cuya presencia artística está documentada en Núremberg hacia 1620. En cada pincelada de esta obra, Steinhammer deja una huella única y distintiva de su maestría. Son escasísimas las obras localizadas de este pintor, ya que tan sólo se conocen tres cobres de pequeño formato. Un Moisés y la Serpiente Dorada (óleo sobre cobre. 30 x 40 cm) conservado en el Museo de Estocolmo con número de inventario NM1372 y una conversión de San Pablo (óleo sobre cobre. 29,9 x 37,2 cm), subastada en Chrisite´s el 17 de octubre del 2006 y una Diana y Acteón en la Galería Nacional de Praga. A través del estudio comparativo de estos tres cobres de pequeño formato, se nos revela una afinidad estilística y la inconfundible impronta del pintor en la obra que presentamos y se nos revela de manera elocuente la habilidad de Friedrich Christoph Steinhammer para representar la figura humana con una minuciosidad de dibujo extraordinaria, el uso magistral de una paleta cromática rica y vibrante, donde dominan tonos azules, verdes, amarillos y pasteles, la interpretación casi manierista de los pliegues y el abigarrado desarrollo de sus composiciones.
 
En un fondo de paisaje simbólico, la escena del entierro de San Esteban, el Monte Gólgota y las tres cruces. La lapidación del Santo, como se narra en los Hechos de los Apóstoles VIII, se representa en el centro de la composición, en un primer término. San Esteban, vestido de diácono con una dalmática ricamente decorada en oro, se arrodilla antes sus opresores y dirige su mirada hacia la visión de la Trinidad en actitud de súplica y encomendándose. Mientras tanto, un conjunto de sayones que le lapidan con ira en actitudes claramente expresivas. A la derecha, Saúl observa la escena.
 
El tema, la lapidación de San Esteban, fue tratado con frecuencia por los pintores flamencos del siglo XVII, incluyendo nombres destacados como Rubens, Van Dyck y Elsheimer.